sábado, 9 de mayo de 2009

SI NO TIENES DEFECTOS, ENTONCES GANARÁS MI AMOR

" Todo se perdío. Nada es para siempre.
El tiempo se acabó, no podemos cambiarlo
perdona, no soy perfecto"
Simple Plan



Semanas antes de mi regreso al Perú, mi padre planeo pasar un domingo en el lago Tahoe, rodeado de hermosas montañas cubiertas de nieve, el lugar se encuentra camino a Reno, al centro de San Francisco. La idea de pasar el domingo entre un hermoso lugar me pareció más que genial, mi prima Z. me comento que para entonces, el clima era frio pero que el lago no estaría congelado, ya el hielo se habría derretido, las montañas si estarían cubiertas de nieve, al igual que los arboles que habían en la zona, pero que dudaba mucho que cayera mas nieve, el crudo invierno estaría terminando. Aun así mi entusiasmo seguía intacto, la emoción hizo que me olvidara de mi encuentro – semanas atrás – con D.A.

A muy tempranas horas del domingo, todos en casa ya estábamos levantados y dispuestos a partir hacia las montañas y el lago Tahoe. Ayude a mi abuelita a guardar los emparedados que había preparado para el camino, apenas atravesé la puerta delantera hacia la calle, sentí como el rostro se me congelaba, una fuerte lluvia estaba cayendo, abrí rápidamente el paraguas y me encamine hacia la camioneta.

El camino hacia el lago fue tranquilo, poco a poco fue parando de llover y las zonas urbanas iban quedando atrás, yo iba disfrutando del hermoso paisaje que veía a través del vidrio de la camioneta, veía los arboles cuyas ramas estaban cubiertas de nieve, divisaba pequeñas cabañas separadas varios metros entre ellas, vi también a unos hombres que se dirigían hacia los bosques, mi tío comento que eran cazadores de la zona.

Nos estacionamos a un lado de la carretera, baje y después de ayudar a descender a mi abuelita de la camioneta, me dirigí hacia el lago que estaba cerca. Era hermoso, más de lo que me había imaginado, me sentí tan bien de estar en contacto con aquel lugar, el aire era frio y fresco. Me senté en una enorme roca y me puse a contemplar todo ese maravilloso lugar, lugar que alguna vez soñé conocer. Mi padre se sentó junto a mí en aquella roca enorme, lo notaba algo preocupado, parecía tenso o nervioso, le pregunte si algo le pasaba y me respondió que no era nada, y con una sonrisa trato de hacerme creer que todo andaba bien, no le creí, pensé que tal vez estaba así porque dentro de unos días me estaría regresando al Perú y tardaríamos meses en volvernos a ver.

Conversamos sobre el lugar y luego de unos minutos, percatándose que los demás miembros de la familia estaban lo suficientemente lejos de nosotros, hizo una pregunta en medio de un ligero tartamudeo y sin mirarme.

- ¿hijo… eres gay?

Fije mi mirada hacia unos árboles, tal vez tratando de buscar una respuesta adecuado para aquella pregunta, solo se me ocurrió contestar con una pregunta.

- ¿Por qué lo preguntas?
- Bueno, tengo algunas dudas al respecto…
- ¿Qué dudas?
- En verdad no sé como explicártelo hijo… note cierta reacción tuya cuando saliste la otra vez con tu amigo D.A. te comportaste un poco, demasiado diría yo, emocionado, y cuando los vi en Disney, yo estaba observándote y vi la forma como se abrazaron… no sé, tal vez esté equivocado y no esté acostumbrado a ver esas reacciones, ya sabes que los de mi generación hemos sido criados de otra manera… pero bueno, tengo esa duda.
- ¿y te molestaría si lo fuera?
- Debes de entender que es algo complicado, eres mi único hijo hombre, tengo tantas ilusiones contigo, que si me dices que eres gay, debo de ser sincero, me dolería un montón y me preguntaría ¿Qué fue lo que paso?... pero también…

El bendito silencio reino nuevamente, sentía como me temblaban las manos, buscaba en aquel hermoso lugar una salida, deseaba de corazón decirle a mi padre que era gay, que no sintiera que le he fallado, que no paso nada, que él y mi mama, como padres, no hicieron “nada malo” para que yo naciera así, decirle que ya no quería seguir mintiéndole, que lo amaba demasiado para seguir engañándolo, que entendía que el tenia ilusiones, tal vez soñaba verme casado, con una hermosa mujer y unos nietos, me soñaba viviendo en una casa hermosa y el sintiéndose orgulloso de mí, pero eso, eran sus sueños, no los míos, mis sueños eran distintos.

- No tienes de que preocuparte papá…

Mi padre quiso seguir hablándome pero se acerco a nosotros mi tía, hicimos una conversación y al poco rato decidí caminar por el lugar, mis primos me preguntaron si quería compañía, les agradecí pero no acepte. Me aleje de ellos, y me odiaba.

Me odiaba por mentir, me odiaba por ser cobarde, no podía ser que sea tan tonto y que no este dispuesto a vivir mi vida como yo deseaba, ahora, luego de ese momento, tendría que vivir una vida que no quería, tendría que vivir mintiendo a los que me rodean y fingiendo que era eso lo que yo quería, y todo por complacer a mis padres y vivir sus sueños.

El resto de aquel día lo viví disimulando estar bien, disimulando disfrutar de un emparedado, disimulando una sonrisa… disimulando de la misma forma como disimularía siempre.

Días antes de regresar al Perú, mi padre había hecho una pequeña reunión con la familia, algunos vecinos y amigos que había hecho en el corto tiempo. Yo había tomado algunos tragos, y ya sentía que estaba haciendo efecto, mi padre también estaba igual o más que yo, ya la reunión había terminado y mi padre estaba en el sofá, mientras que yo trataba de limpiar un poco para que mi abuelita no lo tenga que hacer al día siguiente temprano.

- Oye pa’, o sea que si fuese gay ¿te morías?
- ¿ha? ¿Qué dices?
- De lo que hablamos la vez pasada en el lago…
- Así, ya recuerdo… no nada de eso… - bostezó – te hubiera apoyado, como te dije, me dolería pero te apoyaría, eres mi único hijo hombre y te quiero, eres junto a tu hermana lo más importante para mí…

Cuando quise seguir hablando con él, cuando estaba decidido en no seguir mintiéndole, mi padre se había quedado dormido, lo quise despertar y seguir con la plática, pero parecía inconsciente, decidí dejarlo para el día siguiente. Pero no fue así, no se dio la oportunidad, no volví a tener las agallas para tocar el tema. Regrese al Perú, mi madre estaba feliz de volver a verme. Y yo de volver a verla.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te odies por no haberlo dicho. Tampoco te frustes, llegará el momento. En otro lugar, tal vez en otro lago. Es necesario que te prepares para lo que vendrá después de... nunca es fácil.

Cuídate, buenas vibras.

Unknown dijo...

como el comentario anterior, ya llegara el momento de que enfrentes la verdad, aun eres joven, y tienes harto que vivir. pero lo importante es que ahora sabes que tu papi te apoyaria, y no se de tu mami, pero creo que las cosas irian muy bien. me gusto el post. saludos.

kOkO dijo...

Si, se que llegara el momento ideal para decir la verdad, xq eso de seguir mintiendo, ya no me agrada, además dq ya no estoy en la edad de seguir ocultando lo q realmente me gusta y lo q soy. Gracias Nano-boy x tus palabras. Y gracias Barbarita de nuevo.