domingo, 16 de agosto de 2009

EL CHICO DE LOS CÓMICS

- Señora, buenos días, me da el comercio, el trome y el cómics de “Civil Wars” porfa.
- Muy buenos días joven… aquí esta
- Cóbrese – le entrego el dinero
- Aquí esta su vuelto, gracias.
- Gracias – guardo las monedas en el bolsillo de mi pantalón y doy media vuelta, de regreso a casa.

Mientras caminaba, iba leyendo los titulares del comercio, lectura que fue interrumpida por un “¿coleccionas los cómics?”. A mi derecha estaba un chico que caminaba a mi ritmo, sonreí y le respondí que si, que los colecciono desde que salieron con el Perú.21 y desde antes cuando los conseguía en algún quiosco de periódico.

“yo también los colecciono, pero no he podido seguir todos los títulos que han salido, por ejemplo, me perdí la edición especial de Spiderman, luego me perdí también la de Wolverine y la saga de Batman ‘una muerte en la familia’…”

Mientras me decía todo eso, pensaba “de hecho que es menor que yo, habla sin parar, fácil y es chibolo, su cara me lo dice, pero ¿Dónde vive? Nunca antes lo había visto, bueno, en el barrio últimamente hay gente nueva, y mas ahora que han hecho condominios por todos lados, es difícil que conozca a todos los nuevos”.

- si deseas te puedo prestar los números que te has perdido, así te pones al día y sigues normal - dije sonriendo
- ¿harías eso? - parecía sorprendido y emocionado
- ¡claro! Solo me dices donde vives y te los llevo
- Yo vivo a unas tres cuadras de donde tu vives
- ¿conoces donde vivo?
- Si, te he visto salir al parque antes con un perrito blanco, yo salgo con un perro grande, uno con unos cachetotes… un boxer.
- ¿“el cachetón” es tu perro?
- ¡ya te acordaste!
- Si, pero del perro… lo que pasa es que mi perrito siempre le ha tenido una bronca al tuyo, y no se el porqué, creo que nunca se ha llevado bien con los grandes por el hecho de ser chato el pobre… pero de ti no me acuerdo ¿no era un señor el que lo sacaba?
- Es mi papá, bueno… ¿entonces si me prestas los cómics?
- Ya te dije que si, hoy en la tarde te los llevo, pero me gustaría saber en si cuales son los que te faltan, para no ir cargado con todos, ya sabes, pesan…
- OK. Hacemos lo siguiente, dame tu cel, te llamo y te aviso.
- Chévere.

Luego de intercambiar números de celular y de presentarnos, me mostró cual era su casa. Nos despedimos, esperaría entonces por la llamada del chico de los cómics para volverlo a ver.

- ¿alo? – respondí el celular
- Hola kOkO soy “el chico del cómic”…
- ¡Hola! ¿ya tienes los números que te faltan?
- Si claro, es toda la saga de “una muerte en la familia”, el de Spiderman cuando conoce a Barack Obama y del atentado del 11 de septiembre, por ahora, eso es todo.
- OK. Bueno. Entonces los busco y te los llevo en un par de horas ¿Qué dices?
- ¡chévere! Te espero entonces.

Con calma busque en el cajón del escritorio de mi habitación los cómics que el chico necesita, los guarde con cuidado en mi mochila, temiendo que se arruguen y espere una hora prudente para llevárselo.

- tanto tiempo viviendo aquí y no sabia q tenia a un chico que le gustara los cómics como a mi – (es verdad, siempre mis amigos se ríen cuando me ven leyendo los cómics).
- Oye kOkO… ¿tu crees que Batman y Robin en realidad sean gays?
- ¿Por qué la pregunta?
- Siempre he oído eso… y no se, me da curiosidad
- ¿y tú que crees?
- No se en verdad, fácil que si. Se que son solo dibujos, pero los siento tan llenos de vida, que siempre creo que en realidad existen.
- ¿eres homofóbico?
- ¡no! Para nada.
- Umm... yo creo que si son gays.
- ¿de verdad?
- Si. Hacen la pareja perfecta. Batman un hombre maduro y con dinero, sin muchas ganas de vivir en realidad, le importa poco morir, siempre arriesgando su vida, además de ser un hombre algo amargado, mientras que Robin es un jovencito inmaduro deseoso de aprender y de ser protegido por el hombre quien le da todo lo que el quiere y busca. Y encima se encierran por horas en una cueva, los dos solos… eso hace dudar.
- Pero Bruce (el verdadero nombre de Batman), adopto a Robin. Vendrían a ser como padre e hijo.
- Entonces es una relación incestuosa.
- ¿lo crees?
- Tu lo has dicho, claro que no con esa palabra exactamente. Pero lo es ¿o no?
- Bueno… si. Imagino que si…
- A todo esto chico ¿Cuántos años tienes?
- 18 años ¿y tú?
- Vaya, “lo sospeche desde un principio”.
- Jajajaja… ¿y tu cuantos años tienes?
- 25 años. Ya estoy tío.
- ¡no! ¡nada de nada!
- Volviendo a lo de Batman y Robin. Es como si tú y yo fuésemos pareja. Yo el hombre murciélago y tu el chico maravilla.
- Pero tu no eres tío como si lo es Bruce.
- ¿estarías con un hombre mayor? ¿uno como Bruce?
- No lo se… no lo creo.
- Entonces eres gay ¿verdad?
- ¿yo?… No nada de eso
- Yo si lo soy.
..........

miércoles, 5 de agosto de 2009

LA RUTINA



*[Este es un mail que escribí para un amigo del extranjero.]*

Contrariamente a lo que algunos piensan, la rutina no es mala. La rutina te da una suerte de seguridad, una especie de "tierra firme" sobre la cual caminar: hacer las mismas cosas todos los días (o todas las semanas) se convierte en algo a lo que puedes aferrarte cuando necesitas estar en tu propio mundo. Además, la rutina te libera del "¿y ahora qué?" inevitable cuando no tienes nada que hacer en este momento y nada que hacer en el momento que sigue a este. La rutina no tiene por qué parecer rutina, porque si la tomamos como un esquema de cosas que hacemos todos los días (o todas las semanas o todos los meses) podemos convertirla en una suerte de grilla lo suficientemente amplia como para permitir opciones, lo que nos pondría frente a una "rutina variada" que no parece tan rutinaria a menos que se preste mucha atención, y que incluso permite cierto grado de espontaneidad que depende de cuán variada sea la rutina (¿me enredé?)

Despierto, me baño, desayuno, converso con mi mamá, leo rápidamente el periódico, subo al auto y me voy al trabajo, luego almuerzo, converso con unos amigos, escucho música, leo lo que tenga cerca y escribo lo que se me viene a la mente, compro un frappuccino, llego a casa, le doy un besote a mi mamá, converso con ella y con mi hermana, ceno, duermo. Reviso el e-mail todos los días, uso el MSN y el facebook. Si no se nada de algunos amigos, los llamo o les mando mensajes de texto. Si tengo ganas monto bicicleta. Si tengo clases, voy al instituto por la noche. Si tengo plata, compro películas y/o CDS. Si la inspiración aparece, dibujo algo. Si los tiempos libres coinciden, veo a mis amigos. Si mi grupo de amigos tiene tiempo y ganas, salimos a "latear".

Esa es mi rutina de todos los días, con las pequeñas opciones que le dan variedad, sin incluir que si tengo ganas de hacer alguna cosa distinta, la hago. Rutinario. Estable. Yo.

Y bueno, este ha sido mi pequeño elogio a la rutina. Ahora vuelvo a mi rutinaria y estable vida.

domingo, 2 de agosto de 2009

LA VIDA TIENE UNA FORMA GRACIOSA DE MOLESTARTE

“La vida tiene una forma graciosa de molestar
Cuando crees que todo esta saliendo bien,
Y todo esta saliendo perfecto…”
Alanis Morissette




- ¡voy a ser papá!

¿Papá? ¡wow! No se como expresar lo que sentí, creo que me alegre por EL, no lo se, ahora lo veo ya más maduro, pero claro, si tiene ya 30 años, es un hombre en todo. Llevaba ese día la barba algo crecida, lo felicite y fingí una alegría que no sentía.

- eres el primero en saberlo.

¿El primero? No le creí, era imposible, según EL, ni sus padres lo sabían, pero agradecí el “gesto”, se me dio por preguntarle cuanto tiempo llevaba ELLA de embarazo, siete semanas de gestación. Volví a sonreír tratando de disimular mi nerviosismo y no entendía (hasta ahora no entiendo) el porque me puse nervioso.

- ahora conviviré con ELLA. Formaremos un hogar.

"Creo que en estos casos es lo ideal, ¿no?" fue mi respuesta, EL opino lo mismo y se despeino un poco, miro hacia otro lado y en voz baja, para que nadie que pasara cerca a nosotros escuchara lo que me iba a decir.

- ¿de verdad te alegras que vaya a ser papá?

¿Por qué no tendría que alegrarme? Le pregunte. EL volvió a sonreír y no dijimos más.

Luego nos despedimos.

¿Un hijo? Vaya, eso si que es… ¿bueno? Imagino que para EL lo es, en realidad, ahora no se que pensar sobre eso. En fin, como dicen, el pasado es el pasado, EL ahora ya decidió su vida y solo le deseo lo mejor. ¿Debí de haberle dado un abrazo? No, no lo creo, no se como hubiera actuado si sentía de nuevo su cuerpo junto al mío, tan cerca, tan juntos.

… pero aun así no puedo evitar sentirme extraño. Y me odio por eso.

*Escrito en mi diario el día 21 de julio del presente año.