"I was young then, but I remember when
I'd need to hide away.
I had a secret place I'd go
Where I could just be on my own
and I didn't feel afraid."
Dean Geyer
Cuando era niño y sentía miedo, recuerdo que solía correr hacia mi habitación y me metía bajo las frazadas y me tapaba de pies a cabeza, recuerdo bien cuando mi mamá o mi papá me veían hacer eso, entraban lentamente y se sentaban junto a mi y, tiernamente me acariciaban, logrando que poco a poco vaya destapándome y al escuchar sus tiernas voces, me echaba a sus brazos.
Cuando entre a la pubertad y antes de mudarme de mi primera casa, temía por algo que había hecho en el colegio o simplemente, quería estar solo, huir de la realidad y no tener a nadie cerca, caminaba hacia el malecón de La Punta y saltaba la cerca y me metía a la orilla del mar, había una roca enorme, era un poco difícil llegar hasta ella, claro que si no tenias experiencia, me sentaba sobre ella y me encantaba oír el mar, las gaviotas, sentir el aire y la brisa del lugar, disfrutaba de esa soledad. Y cuando se hacia tarde, con el frío en mis mejillas y la nariz helada, me iba a casa.
En la adolescencia y estrenando nuevo barrio y nueva casa, sentía la necesidad de huir de las cosas que me pasaban por la cabeza, los temores normales de la edad, el miedo del primer sentimiento extraño hacia aquel primer amor, caminaba hasta uno de mis parques favoritos y me sentaba al pie de un árbol, el mas grande de ese lugar, rodeado de arbustos pequeños, y de los hermosos y pequeños “dientes de león”. Si bien no es un lugar tan secreto, ya que la gente pasa y te mira con facilidad, para mi lo fue por mucho tiempo, me sentaba y veía a la gente pasar, cada uno con rostros y gestos distintos, trataba de descubrir lo que andaban pensando, veía a los perros pasear y jugar entre ellos, algunos se acercaban con la intención de que los acariciara y otros con ganas de orinar, los ahuyentaba y permanecía sentado viendo la vida seguir su camino.
Ahora, cuando necesito pensar y relajarme, suelo caminar desde donde estudio (y suelo trabajar) hasta el malecón de Miraflores, me detengo en uno de sus acantilados y observo el inmenso mar, las palmeras le dan un marco natural a la escena. Es una forma de pensar y aclarar mis ideas, mis temores y de recargar fuerzas.
Siento que ahora no busco un lugar secreto donde esconderme, en realidad, ya no deseo esconderme. Deseo ser descubierto, exponerme y vivir. Creo que ya aprendí a vivir con mis temores y con todas esas creencias. Y si necesitara un lugar secreto, ese lugar seria en los brazos de alguien especial.
Un día hablare y tendré menos miedo…
3 comentarios:
Huir, parece a veces la solución. Lo que me parece interesante es que tu huyes para luego volver con la solución---
hace tiempo que no entraba a tu blog, y ahora he regresado con fuerza XD
oye me gusto la entrada, creo que todos en algun momento buscamos huir de los problemas y nos solemos refugiar en algun lugar secreto, sea fictioso o real. lo unico diferente seria que nos acostumbremos a huir y a no enfrentar los problemas.
saludos koko.
Gracias Iván x tu comentario, ojala q no sea la primera y última vez q me visites :)
Gracias Andrés x volver con fuerza jejeje… y ya no te pierdas! Ok?
Publicar un comentario