viernes, 25 de septiembre de 2009

[DIAS NEGROS]


Es difícil afrontar una perdida tan grande en la vida. Es doloroso y a veces, por mas que uno se quiera hacer el fuerte, llega el momento en que sientes que tu mundo se paraliza y no sabes como actuar, ya no puedes seguir fingiendo y corres a meterte a un lugar donde nadie pueda oírte ni verte, y lloras por esa persona a quien amaste y quien te dio muchas alegrías.
El lunes 21 de este mes, a las 11:20 de la mañana, mi abuelito murió, más de un mes internado, postrado en una cama de hospital, sin moverse ni hablar, era triste y doloroso verlo de esa manera, mi abuelito – o como todos los nietos le decíamos “papito Félix” – siempre ha sido un hombre fuerte, tuvo el coraje de criar junto a mi abuelita siete mujeres, la sudo bien para mantener un hogar, los nietos mayores disfrutamos de verlo bailar y silbar, de levantarse temprano para preparar el desayuno a los nietos cuando nos quedábamos un fin de semana en su casa, él nos hacia los camiones de madera para poder jugar, las hamacas donde nos echábamos a descansar en el patio, nos contaba historias de su pueblo, le gustaba madrugar, a eso de las 4 de la tarde siempre le provocaba comer un pan con aceitunas o queso, en navidad, nos cantaba villancicos, nos contaba sobre sus navidades, fue huérfano a los 7 años, a los 9 dejo su hogar y se fue con su hermano menor de su casa por los malos tratos que les daban la nueva pareja de su padre, y se independizo, dejo el colegio y empezó a trabajar, nos contaba como conquisto a mi abuelita “sentados cerca de la acequia, tu abuelita estaba con la china Irene, yo la miraba y le sonreía, pero tu ‘mamá Josefa’ ni caso me hacia, entonces yo agarraba algunas piedritas y las tiraba al agua, caían cerca a ella y lograba que Josefa me mirara y me sonriera, así empecé a enamorarla”.
Una tarde, hace más de 3 años, un primo en broma le dijo que yo era gay, mi abuelito me miro y con una voz calmada dijo “¿y eso que tiene de malo? Ser gay no es malo… malo seria que fuera fumón o ratero…” sentí que lo amaba más que nunca, pero no me atreví a decirle la verdad. Mi papito Félix le gustaba que se sentaran con él y que le contemos nuestras cosas, lo hacíamos cuando éramos pequeños, cuando fuimos creciendo, las cosas cambiaron, ya no teníamos tiempo de estar con él, hasta sentíamos que era algo aburrido estar yendo casi a diario. Era egoísmo, o tal vez no.
Hace unas semanas, cuando ingrese a la habitación a verlo, tenia los ojos abiertos, él ya no veía, había perdido la visión por completo, le dije que lo amaba, que lo quería y que me perdonara, sus lagrimas cayeron, se las seque y le di un beso “papito… te quiero, y no quiero ocultarte mis cosas… soy gay papito Félix” él me dio un ligero apretón en mi mano derecha y sonrío, me sentí mejor.
El domingo 20 fui a verlo, no se movía, ni nada, le hablaba, sabia que me escuchaba, al menos eso creo, los minutos que me dieron para estar con él fueron cortísimo, le dije que iría a visitarlo al día siguiente, cuando estaba saliendo, sentí la sensación de regresar a su lado y así lo hice, le di un beso en su frente y le dije una vez más que lo quería, y me fui.
Lunes 21; 11:44 de la mañana:

“¿alo?” “kOkO… ¿estas trabajando?” “¿Dónde mas puedo estar tonta?... ¿Qué sucede? ¿Por qué te escucho extraña?” “mi papito Félix” “¿Qué tiene?” “él ha muerto… se nos fue”.

Corte la llamada y me quede en silencio.
En el cementerio, antes de que sea enterrado, me acerque al ataúd y en voz baja, le agradecí: “gracias por haberme dado la madre que tengo, gracias por haber sido el primero en llamarme kOkO aunque mi nombre no sea Jorge, gracias por haberme hecho mis cometas cuando mi padre tenia que viajar por trabajo y yo necesitaba divertirme, gracias por ‘los días feriados’ que tu concretabas cuando llegabas a mi casa y no íbamos a clases para quedarnos juntos, gracias por los camiones de madera, gracias por apoyarme cuando mi mamá no me quería dar permiso para que saliera, gracias por quererme como soy, gracias por ser como eres… gracias”.
Hoy espero que estas letras reflejen el cariño prolongado para toda la vida, y aunque no nos podamos dar un abrazo infinito sé que no es impedimento para decirte que te quiero y que siempre vas a estar conmigo. Palabras que nunca leerás y nunca escucharas.

jueves, 3 de septiembre de 2009

EL CHICO DE LOS CÓMICS (FINAL)

“el chico de los cómics” negó un par de veces mas que sea gay, no le creí, no se porque, pero no creí en sus respuestas, y como no quería caer mal, no lo acose con tantas preguntas. Pero él parecía interesado ante mi confesión, me hizo preguntas casi típicas en estos casos “¿desde cuando eres gay?” “¿tus viejos lo saben?”.

Luego de haberle respondido casi todas sus preguntas, invente que tenía cosas que hacer y me despedí del chico. Salí de su casa jurándome que él me había mentido, pero ya se daría la oportunidad de saber la verdad. De alguna manera.

Volví a ver al chico días después, ya no en su casa, si no en la calle. Aun no había terminado de leer todos los números que le había prestado, le dije que lo leyera tranquilo, que ya luego me los entregara, pero que eso si, me los cuidara muy bien.

Días después, recibí un sms de “el chico de los cómics”:

“kokito como estas? ya termine con los cómics. kieres q te los lleve o vienes a recogerlos? responde ha XD”

“yo voy, dime a q hora puedo pasar”

“si kieres ahora, no hay nadie en casa”

“ok, voy para allá”

Veinte minutos después, ya estaba en su casa, en su sala me saludo su perro “el cachetón”, muy tierno por cierto, solo que tiene la carita de malo, conversamos sobre lo que habíamos hecho durante los días que no nos habíamos visto, me contó algunos problemas que tuvo durante esos días con sus padres, trate de “aconsejarle” y como que le importo poco, solo le importaba su rebeldía. Guarde los cómics en mi mochila y me dispuse a despedirme, me detuvo contándome que había conseguido unos DVDs de Batman en formato anime, me los ofreció y yo acepte, “entonces ven, subamos a mi cuarto para que veas otras cosas”.

Juro que eso fue más que mandado de su parte, mi mente empezó a pensar en mil posibilidades de lo que podría pasar, estábamos solos, mi mente cochina pensó en todo, pero el chico parecía estar de lo mas tranquilo, aun tenia la duda de que en realidad sea gay, pero también estaba la posibilidad de que no lo sea, y si hacia algo “malo” este me tomaría por un “depravado”, y lo que menos quería era dar una mala imagen.

- Mejor no. Ve tu solo y yo te espero aquí – le dije
- ¿Por qué?
- No quiero invadir tu privacidad, un cuarto es privado – que respuesta más tonta
- OK… es eso, o ¿tienes miedo?
- ¿miedo? ¿a que le tendría miedo?
- N-no se… solo digo – dudo en decir más
- ¿estas tratando de jugar chico?

Me dio esa impresión, pero yo no quería jugar con un niño, ya no me cabía la menor duda de que “mi chico de los cómics” si era gay, su forma de actuar me lo dijo, agarre mi mochila y me despedí, pero antes de salir de su casa le dije “lastima que seas muy niño”.

Luego de aquel día, nos hemos vuelto a ver, intente una vez más que me dijera que si era gay, pero solo obtuve como respuesta “ni yo se que soy”, y no es que yo quiera “sacarlo del closet” de cualquier forma, solo que tengo esa curiosidad, curiosidad que desde aquella tarde en su casa esta casi al 90% confirmada. Todo a su tiempo, el chico es lindo y no perderé su amistad de una manera tan tonta, lastima que sea tan menor que yo. No estoy para “cuidar ni enseñar”.